Retroalimentación y el Encuentro con el Yo Interior: La Autopercepción como Filtro del Cambio

Marcela Peterson

¿Has notado que muchas veces las personas reaccionan de formas completamente distintas ante el mismo tipo de retroalimentación? Mientras algunas se movilizan para cambiar, otras se retraen o incluso rechazan lo que escuchan. ¿Qué explica estas diferencias? La respuesta puede estar menos en el contenido del feedback y más en quien lo recibe, específicamente en su autoevaluación central.

Este concepto, que reúne la autoestima, la autoeficacia, el locus de control y el neuroticismo, funciona como un lente con el cual el individuo interpreta el mundo, incluidas las críticas y sugerencias. Las personas con evaluaciones positivas tienden a ver la retroalimentación como una oportunidad de desarrollo, mientras que aquellas con evaluaciones negativas pueden interpretarla como una amenaza o una desvalorización personal.

En la práctica, esto explica por qué algunas personas se sienten motivadas cuando se les dice que necesitan mejorar en algo, mientras que otras se sienten afectadas o reaccionan de manera defensiva. Y no se trata solo de sensibilidad: los estudios muestran que estas autoevaluaciones centrales están directamente relacionadas con la probabilidad de cambio después de recibir retroalimentación. Es decir, no basta con ofrecer una evaluación de 360 grados bien diseñada; también es necesario entender quién está del otro lado del mensaje.

Esta reflexión me hizo pensar en el papel del liderazgo y de los recursos humanos. No basta con entregar los resultados de la retroalimentación si no preparamos el terreno psicológico para que sean bien recibidos. La promoción de la autoconfianza, el fortalecimiento de la identidad profesional y la escucha activa deben preceder, o al menos acompañar, el momento del retorno formal. La retroalimentación no es solo técnica; es relación.

Otro aspecto importante es la mediación emocional en el proceso de cambio. Quienes se ven a sí mismos como personas valiosas, capaces de aprender y con control sobre sus acciones, tienden a transformar la retroalimentación en crecimiento. Esto es especialmente relevante en entornos donde el feedback es continuo, como en culturas ágiles o modelos de gestión por competencias.

El impacto de la retroalimentación no reside únicamente en la calidad del instrumento, sino en la calidad de la autopercepción de quien la recibe. Esto desafía las prácticas estandarizadas y promueve la adopción de enfoques más humanos, personalizados y respetuosos del desarrollo profesional.

https://lnkd.in/p/eyUxsfEr