Rediseñar el Trabajo sin Perder Eficiencia: ¿Es Posible?
- Marcela Peterson

- 7 ago
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Marcela Peterson
Muchas organizaciones intentan rediseñar los puestos de trabajo para hacerlos más motivadores, pero a menudo se enfrentan a una duda común: ¿acaso más autonomía y variedad no traerán también más errores, más formación y mayores costos? La buena noticia es que repensar los cargos con inteligencia puede, de hecho, aumentar el compromiso sin comprometer la eficiencia.
Las investigaciones muestran que ampliar un puesto —combinando tareas que antes estaban fragmentadas— tiende a aumentar la motivación, el sentido de pertenencia e incluso la calidad del servicio. Los profesionales comienzan a ver el trabajo como un todo, en lugar de ejecutar partes aisladas. Esto genera más satisfacción, menos aburrimiento y una mayor probabilidad de detectar y corregir errores. Al mismo tiempo, surgen desafíos: mayor complejidad puede exigir más tiempo de formación, nuevas habilidades y una remuneración más alta.
La clave está en el equilibrio. Los datos sugieren que no todos los costos potenciales de un puesto ampliado se concretan. En algunos casos, incluso con mayor complejidad, los colaboradores logran adaptar sus métodos y mantener —o incluso mejorar— la eficiencia. Esto abre espacio para repensar los puestos de forma estratégica, buscando lo mejor de ambos mundos: compromiso y productividad.
Otro aspecto interesante es que, al asumir cargos más amplios, muchas personas tienden a rediseñar su propio trabajo. Algunas prefieren repetir partes del proceso para generar fluidez y eficiencia, mientras que otras se apoyan en la previsibilidad para mantener la seguridad y el control. Es decir, la forma en que las personas viven el rediseño también moldea los resultados que produce. Ignorar este aspecto puede comprometer todo el potencial del proyecto.
Esta visión más amplia e interdisciplinaria del diseño de puestos ayuda a conectar personas, procesos y resultados. Cuando líderes y profesionales de RRHH comprenden que diferentes enfoques (motivacional, mecanicista, ergonómico, perceptivo-motor) tienen impactos distintos sobre el trabajo, las decisiones se vuelven más coherentes y fundamentadas. El rediseño de puestos deja de ser una apuesta intuitiva y pasa a ser una decisión técnica, alineada con la cultura y los objetivos de la organización.



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