El Contexto Apaga el Brillo del Esfuerzo Individual: Comportamiento de Ciudadanía Organizacional (OCB) y su Visibilidad en el Grupo
- Marcela Peterson

- 5 sept
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Marcela Peterson
La forma en que el entorno influye en cómo se perciben los comportamientos en el trabajo es reveladora. Un gesto de ayuda, una actitud colaborativa o un esfuerzo adicional adquieren distintos significados según el grupo en el que ocurren. El comportamiento de ciudadanía organizacional (OCB), cuando es practicado por muchos en el mismo equipo, pierde fuerza como diferenciador individual. Es decir, lo que debería valorarse como esfuerzo extra, muchas veces se convierte simplemente en “más de lo mismo”.
En equipos donde la colaboración es intensa y la mayoría va más allá de lo esperado, mantener el mismo ritmo puede hacer que alguien pase desapercibido. En cambio, en grupos donde el OCB es raro, basta con una actitud más proactiva para que la persona se destaque de manera positiva. Esto demuestra cómo el contexto colectivo moldea el valor simbólico del comportamiento individual.
El OCB individual impacta más fuertemente en las evaluaciones de desempeño cuando es poco común dentro del grupo. Esto parece intuitivo, pero también inquietante. Imagine un colaborador altamente comprometido, inserto en un equipo con altos niveles de ciudadanía organizacional. Su esfuerzo puede parecer común, aunque sea valioso. En un grupo menos comprometido, sin embargo, el mismo comportamiento se percibe como excelencia. ¿Estamos premiando el esfuerzo real o solo el esfuerzo visible?
La tendencia a normalizar el buen comportamiento en entornos donde es frecuente puede generar una injusticia: las personas más comprometidas dejan de ser reconocidas simplemente por estar rodeadas de otras igualmente comprometidas.
Este hallazgo refuerza un punto clave para quienes trabajan en la gestión de personas: las evaluaciones de desempeño deben considerar el contexto del grupo y no solo la actuación aislada. Un empleado que mantiene altos niveles de OCB, incluso en equipos muy comprometidos, merece tanto reconocimiento como aquel que se destaca en grupos más apáticos. La ausencia de esta sensibilidad contextual puede llevar a la frustración de los mejores talentos.
Por último, aquí va una invitación a repensar cómo observamos, evaluamos y recompensamos el comportamiento de ciudadanía organizacional (OCB). Nos recuerda que el valor del comportamiento no está solo en el gesto, sino también en el escenario en el que ocurre. Reconocer esto es esencial para construir ambientes de trabajo más justos, motivadores y coherentes con los valores que defendemos.



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